Síndrome de Down y el TEA serán el foco del curso Desafíos de la Ingeniería
Tal como ocurre cada semestre, los novatos deberán desarrollar dispositivos, articulando creatividad, funcionalidad y tecnología en torno a una problemática de interés social.
Organizados en grupos y en el marco del curso Desafíos de la Ingeniería (ING1004), los aproximadamente 700 novatos de Ingeniería UC, deberán desarrollar durante el primer semestre de 2018 un dispositivo que resuelva una problemática cotidiana de personas con Síndrome de Down o con trastorno del espectro autista (TEA)
El curso Desafíos de la Ingeniería es un curso de primer año de la carrera, cuyo principal énfasis es ofrecer una experiencia de aprendizaje en la que los alumnos se vean desafiados y motivados a realizar proyectos de diseño en ingeniería.
Para conectar a los estudiantes con el desafío de este semestre, el 19 de marzo se dictó la charla “Conviviendo con mentes extraordinarias”, a cargo de Alejandra Flores, psicóloga de la UC y magíster de psicología educacional y especialista en talento y trastornos del espectro autista, en compañía de José Antonio Barros, bioquímico de la UC.
“Esto no se padece, no es una enfermedad, es una condición que requiere de ciertas muletas y ustedes van a hacer ese ejercicio de inventar una muleta para esa persona (…) Estamos hablando de una condición que nosotros podemos hacer que sea más fácil o más difícil”, explicó Alejandra Flores. En su exposición, también enfatizó que las personas con este tipo de trastornos —neuroatípicos— son tan o más inteligentes que los individuos neurotípicos y entregó ejemplos de grandes personalidades que presentan Asperger, tales como la cantante Susan Boyle, el empresario informático Bill Gates, el director de cine Tim Burton y Steven Spielberg, entre otros.
José Antonio Barros, quien actualmente cursa un Magíster de Ciencias Biológicas de la Universidad de Chile, habló de las dificultades que implica tener la condición de Asperger: “Sufrimos de intereses bastantes específicos. Somos bastante tímidos. Uno tiene que buscar y ser creativo para incluirse en las conversaciones y muchas veces uno se frustra porque no sabe cómo meterse en la conversación”.
Es parte de lo que la experta explicó como el “corazón del Asperger”, que se traduce en dificultades para comunicarse, interacciones sociales torpes e intereses muy restringidos. Alejandra Flores invitó a los alumnos a buscar “la piedra en el zapato” de la persona que les toque entrevistar y a desarrollar dispositivos orientados a un problema en específico y no a la condición. “No van a cambiar el corazón del Asperger. Busquen síntomas secundarios que ustedes puedan abordar con un dispositivo”, recomendó.
Durante el semestre, los estudiantes deberán asistir a talleres de capacitación y a clases para aprender sobre metodología de diseño, análisis de datos, entre muchos otros tópicos, además de desarrollar en equipo un prototipo que será presentado en una feria tecnológica a final de semestre, en la que se escogerán los mejores proyectos.