Crisis demuestra desconocimiento sobre quién tiene la preferencia en los cruces afectados
A pesar de que la Ley de Tránsito establece el derecho preferente de paso para los diferentes tipos de usuarios, como peatones, ciclistas y conductores, la mayoría de los usuarios no sabe cómo enfrentar un cruce con semáforo sin funcionamiento.
El académico de Ingeniería de Transporte y Logística de la Universidad Católica (UC) Francisco Frésard, entregó un análisis sobre el comportamiento vial de los usuarios ante las más de 150 intersecciones con semáforos apagados o dañados en la Región Metropolitana.
Según la Unidad Operativa de Control de Tránsito (UOCT) hay 26 comunas en la capital con el menos un semáforo dañado, un problema de magnitud nunca antes visto por los especialistas en transporte. Las más afectadas son Santiago (53), Maipú (18) y Providencia (12)
“Cruzar la calle en algunas intersecciones sin semáforo, puede resultar una tarea insegura y compleja para los usuarios, donde lamentablemente opera la ley del más fuerte, no sólo ante peatones o ciclistas, sino también entre vehículos. Además, los conductores desconocen quién tiene la preferencia en los puntos afectados”, destacó Francisco Frésard.
El experto en seguridad vial agregó que la congestión observada por los semáforos dañados en la capital y en otras ciudades del país, se ha agravado porque los automovilistas no otorgan el derecho preferente de paso que tienen peatones y ciclistas, así como tampoco a los vehículos con este derecho al carecer de regulación por no estar operando la señalización respectiva.
Frésard precisa que esta situación ha duplicado los tiempos de viaje en diferentes horarios. “El peor comportamiento en estos casos es bloquear al otro, porque todos quedan trabados. Entonces, un conflicto que podría haber durado tres minutos, fácilmente puede llegar a 15 minutos”, ejemplificó.
Ante este problema, el especialista recomendó a los automovilistas pasar alternados en grupos uniformes de vehículos. La idea es que circulen los primeros cinco de cada pista de acceso a la intersección y luego pasen igual cantidad de automóviles por la pista de aquella rama que cedió el paso.
“Estamos en una situación crítica, por lo cual todos debemos ser lo suficientemente amable con el otro. Es quizás una forma de mejorar como sociedad, porque estos protocolos se observan y funcionan en países desarrollados cuando un semáforo deja de funcionar”, añadió el ingeniero.
El académico UC informó a su vez que más de dos tercios de las intersecciones afectadas, corresponden a vías de alta demanda con muchas pistas. Por lo tanto, también recomendó a los peatones cruzar en grupos para que los vehículos los respeten.
En paralelo, Francisco Frésard sostuvo que los encargados de la regulación de intersecciones con semáforo apagados o dañados no han tenido una aplicación suficiente ni adecuada.
“Hay ciertas medidas de bajo costo que podrían ser muy eficientes en estos casos. Mientras dure el problema se podrían suprimir ciertos movimientos que funcionan con el semáforo operativo, como los virajes a la izquierda, permitiendo realizar solo movimientos directos”, dijo el profesional.
Asimismo, Frésard señaló que se podrían prohibir viajes a la derecha cuando exista una alta demanda de peatones que no permita ejecutar dicho viraje. Esto en horarios de alta demanda o conflictos de concurrencia.
En el análisis, el investigador también abordó la escasa aplicación de los operadores municipales del tránsito, que no avisan con antelación qué intersecciones están afectadas, para que el conductor pueda tomar una vía alternativa.