Nuevo destino para los chips y pantallas
Por primera vez el Campus San Joaquín dispone de tal tonelaje de desechos informáticos. Empresa certificada reciclará algunos, otros, los liquidará en sitios autorizados.
Nuevo destino para los chips y pantallas
Desde temprano en la central telefónica y bodegas de la Administración del campus San Joaquín esperaban al camión que trasladaría a sus muertos: 7 toneladas de residuos electrónicos.
Era primera vez que se realizaba este proceso con estos residuos provenientes de la Dirección de Informática y, en menor medida, de la Escuela de Ingeniería. Hasta un data center partió a su proceso terminal.
Juan Coronado manejaba el camión de la empresa Degraf y lo secundaban Carlos Parra y un francoparlante, Pierre Michelet Aubry, de Haití. Cargaron las “yeguas” a pleno sol veraniego.
Degraf ganó la propuesta donde compitió con tres empresas. Una vez en el destino, desarmará los equipos y clasificará las piezas y partes: unas van a ser descartadas en plantas autorizadas para tratar residuos peligrosos; otras, se reciclan.
Los circuitos impresos, los tubos de rayos catódicos, las pantallas LCD, contienen sustancias que amenazan la salud y el ambiente: cadmio, plomo, mercurio, antimonio, arsénico. No se deben eliminar en forma inadecuada.
Reciclar residuos apunta a recuperar parte de sus componentes, devolviéndolos al ciclo productivo, como materia prima. El descarte del resto debe hacerse de tal forma que no afecte el ambiente, por ejemplo, contaminando napas subterráneas. Es el compromiso de Degraf.
Alejandro Ríos, de la Dirección de Informática del Campus San Joaquín, y Vartan Ishanoglu, jefe de proyectos de sustentabilidad de la Dirección de Responsabilidad Social de la Escuela de Ingeniería, supervisaron toda la operación. Todo, con el apoyo de la Oficina de sustentabilidad.
En el fondo, un solemne proceso de muerte y resurrección.