Roberto Bravo en Ingeniería UC: “la música es un acto de comunicación, de expresión de sentimientos”
El destacado pianista realizó una charla para académicos, alumnos, y administrativos de la Escuela de Ingeniería UC donde compartió su experiencia de vida en la música.
Roberto Bravo en Ingeniería UC: “la música es un acto de comunicación, de expresión de sentimientos”
“Me anduve enamorando de este piano, y para que el amor florezca hay que regarlo. Por eso comenzaré tocando el piano”, de esta manera Roberto Bravo dio inicio al taller que convocó a académicos, alumnos, y administrativos en el auditorio del Complejo Andrónico Luksic Abaroa.
Luego de interpretar algunas piezas, Bravo, quien celebró en 2013 50 años de carrera musical, se dirigió a la audiencia advirtiendo que la charla sería de carácter espontáneo.
El artista destacó la importancia de la música como instrumento de comunicación para expresar sentimientos, donde tocar el piano es un “vertedero de emociones”. Para lograr la transferencia de estas al público es necesario “dar con el punto interior” del artista, que finalmente es lo que distingue a un buen músico: “lograr emocionar en vez de impresionar”.
Roberto Bravo también compartió con los presentes unas palabras inspiradoras de personajes como Nelson Mandela, Gabriela Mistral, quienes han sido referentes de grandeza y lucidez en su carrera. También mostró un discurso de Natalia López, una niña mexicana de origen indígena que da cátedras sobre el rescate de lo valórico y de la cultura local, y que al pianista Roberto Bravo le gustaría fuera invitada a nuestro país.
Motivado por la idea de compartir sus vivencias en diversos países y Chile durante su carrera musical, Bravo escribió sus memorias. Libro aún no publicado, a la espera del “momento preciso” para compartirlas. Mientras llega ese instante, Bravo se ha dedicado a realizar conciertos de beneficencia para afectados por los desastres naturales recientes, además de estar en constate búsqueda de nuevos talentos musicales a lo largo del país.
Este fue el segundo encuentro de Roberto Bravo con la Escuela de Ingeniería, luego que el 2 de abril diera un primer concierto invitado por el Centro de Alumnos de Ingeniería (CAi).