DISTRIBUCIÓN ESPACIAL Y TEMPORAL DE TERREMOTOS EN LA TIERRA: ANALISIS ESTADISTICO PARA EL PERIODO 1992-2012

Abstract

La distribución espacial de terremotos en la tierra se concentra en los bordes de placa, principalmente en los márgenes de subducción del Cinturón de Fuego del Pacífico, y el Océano Índico. En estos sistemas de subducción no solo se concentra la mayor sismicidad sino que además los eventos de mayor tamaño (magnitud sísmica) que han sido registrados. Para la realización de un análisis estadístico de la sismicidad en la tierra se elige una ventana de tiempo de 20 años (1992-2012), que es el periodo de tiempo máximo para disponer de una base de datos con completitud de información, considerando eventos de magnitud sísmica de momento (Mw) superior a 5.5. Durante este periodo de tiempo se han registrado unos 10,000 terremotos superiores a este nivel de corte, 60% de los cuales tiene su epicentro entre 0 y 30 km de profundidad, el nivel superior de comportamiento frágil. El 40% restante se distribuye en profundidades de entre 30 y 100 km (25%) y superiores a 100km de profundidad (15%), principalmente en zonas de subducción en donde la litósfera, fría y antigua que es subductada es capaz de mantener un comportamiento frágil a grandes profundidades. Para esta ventana de tiempo de 20 años se han registrado un total de 22 terremotos de magnitud Mw superior a 8. De este total un, 1/3 ocurrió la década pasada (1992-2002) y los 2/3 restantes durante la presente década (2012-2012). Sin embargo para terremotos superiores a 5.5 (Mw), la cantidad anual es aproximadamente constante (450 eventos/año +/- 10). Lo anterior indica que para eventos sísmicos de magnitud intermedia (5.5-7.9 Mw), con tasas de recurrencia inferiores a 20 años, la cantidad de terremotos acumulados por año, y por consiguiente la liberación de energía asociada, no muestra variación en el tiempo. Sí es interesante destacar que los terremotos de profundidad intermedia (30-100 km) han disminuido en la última década respecto a la década anterior. Lo opuesto ocurre con los sismos de profundidad somera (0-30 km). Para terremotos mayores (Mw > 8), cuya tasa de recurrencia es superior a 20 años, el incremento de energía sísmica liberada en la última década con respecto a la anterior seguramente obedece a un sistema tectónico cuyos patrones no pueden ser establecidos dada la muy acotada evidencia empírica disponible.