Nano Barahona: «Mi paso por Ingeniería fue clave en mi formación»
En una entrevista exclusiva, el profesor asistente de la University of California, Berkeley, repasa su trayectoria académica y reflexiona sobre la importancia de la educación en Ingeniería.
En el vibrante panorama de la economía contemporánea, donde las mentes brillantes son tan valiosas como escasas, emerge la figura de Nano Barahona, un economista cuya trayectoria es tan rica en conocimiento como en experiencias. Hoy, tenemos el privilegio de presentar a un hombre que, tras ser destacado por el diario El Mercurio como uno de los economistas chilenos sub 40 más influyentes, nos concede una entrevista exclusiva para profundizar en su visión y su viaje hasta la cima del mundo académico.
Nano Barahona, profesor asistente de la prestigiosa University of California, Berkeley, nos recibe con la humildad de quien conoce el valor del esfuerzo y la educación. Su historia comienza en los pasillos de la Escuela de Ingeniería y el Departamento de Ingeniería Industrial y de Sistemas de la UC, donde no sólo se forjó como profesional, sino también como persona. Fue allí donde las primeras aventuras académicas tomaron forma, siendo ayudante y explorando nuevos horizontes en su intercambio académico.
Con una mirada que refleja la pasión por su disciplina, Nano Barahona rememora esos momentos clave que definieron su futuro, esos hitos que lo llevaron a cruzar fronteras y expandir su conocimiento hasta convertirse en la referencia que es hoy.
Acompáñenos en esta conversación íntima, donde el pasado y el presente se entrelazan para revelar el camino de un economista que ha sabido trazar su ruta con determinación y sabiduría. Esta es la entrevista a nuestro ex alumno Nano Barahona.
¿Cómo fue tu paso por el pregrado en la Escuela de Ingeniería?
Tengo muy buenos recuerdos. Yo entré a la Escuela en el 2007, hace tiempo ya. Es una carrera muy completa, exigente y versátil, lo cual atrae un montón de gente muy capaz y de diferentes lugares. Creo que eso tiene mucho valor, porque Ingeniería es una carrera que dentro de todo logra ser diversa para la poca diversidad que se da en carreras STEM, involucrando a harta gente motivada y con proyectos interesantes.
Como mucha gente, a los 18 años no sabía bien que quería hacer. Como en el colegio me iba bien en matemáticas y física, entré a Ingeniería que era una carrera versátil y con buen campo laboral. Creo que eso fue efectivamente fue una buena idea, porque una carrera como Ingeniería te da buenas herramientas para después poder desarrollarte en otras áreas, como fue en mi caso.
La carrera me gustó mucho. Era desafiante, entretenida, hice muy buenos amigos y sobre todo, fue una experiencia linda. Me tocó vivir la época del Movimiento Estudiantil que fue bien influyente para mí.
Fuiste ayudante de muchas cátedras. ¿Qué recuerdas de ese paso como un primer acercamiento a la docencia?
Es anecdótico (ríe). Fui ayudante de varios ramos. Yo era como el típico ayudante de Cálculo 1, Cálculo 2 y Cálculo 3, hice todas esas. De hecho, tenía un libro con mis ayudantías de Cálculo. También lo fui de Electrónica y Control Automático en Ingeniería Eléctrica. Sin embargo, un ramo que me marcó mucho y que hizo que me fuera por el lado de la Economía fue Finanzas.
La llegada al mundo de la Economía
¿Con quién tomaste Finanzas?
Lo tomé con el profesor Gonzalo Cortázar. Era un ramo entretenido y desafiante al mismo tiempo. Me fue muy bien. Ahí descubrí que había todo un mundo hacia la Economía, que podía ser entretenido. Hasta ese entonces yo no entendía bien lo que era y lo que significaba la Economía, no sabía mucho. Insisto, creo que esa es una de las grandes cualidades que tiene Ingeniería en la UC: te permite ser versátil.
Te fuiste de intercambio a la Universidad de Sídney, ¿cómo fue ese paso?
Fue bueno, en el 2010, cuando estaba en cuarto año de la carrera. Me fui un semestre y tomé ramos de Economía y otros electivos generales. Fue una experiencia super buena, conocí un montón de culturas nueva ya que me tocó convivir con gente de distintos países. Conocer otra universidad fue una experiencia interesante y me gustó mucho.
Hemos hablado de tu paso por el Departamento como un ayudante destacado, de la Universidad de Sídney en tu intercambio. Son experiencias que te marcan. ¿Qué te llevó a optar por el Magíster en Economía?
Creo que pasaron varias cosas. Cuando estaba en mi quinto año de la carrera, con todo el movimiento estudiantil y el concepto de educación gratuita, si la educación era un bien público o no, como que había muchas cuñas alrededor de eso.
Entonces, me puse a leer más para de entender mejor el tema y poder participar de forma más informada. Cuando comencé a leer, me empecé a dar cuenta de que había todo un mundo de cómo definir bienes, mercados, en un sentido más abstracto, y que se podía aprender sobre las preferencias y decisiones de las personas desde un marco teórico riguroso.
Eso me gustó un montón y ahí dije, bueno, estaría bueno tratar de expandirme hacia ese lado. Me acuerdo que hablé con profes de la Escuela para tener feedback. Fue súper importante tener esa visión. Después de todo ese análisis, me di cuenta que no iba a ser malo y me entretenía. Entonces fui con esa mentalidad a hacer el magíster. Nunca pensé que iba a terminar haciendo un doctorado ni que terminaría yéndome a la academia.
Y cuando entraste, ¿qué fue lo que más te costó?
La parte que me costó un poco más, es que en Economía hay que leer más, te hacen leer papers y te hacen preguntas conceptuales, de contenido. Esa parte me costó, porque en Ingeniería casi no leemos nada, es más numérico, entonces llegué a un mundo que mezclaba modelos y matemáticas con lectura y conceptos. Y eso se me costó; o sea, se notaba que yo no estaba acostumbrado a sintetizar información después de leer, no como mis compañeros del magíster.
El presente de Nano Barahona
Ahora, si nos vamos a tu enfoque tomaste temáticas súper contingentes. Se podría decir que tomaste un lado más “social” de la Economía, ¿por qué lo decidiste así?
Yo diría que la Economía es bastante social y lo que uno busca desde la academia es encontrar fórmulas para mejorar el bienestar social. Ese es como el foco que tiene la academia en general, donde hay subdisciplinas y ahí uno puede trabajar desde distintos enfoques.
Ahora, claro, mi enfoque son las políticas públicas con énfasis en la educación y son temas que siempre me han interesado, porque hemos estado super expuestos a esos temas de discusión de política pública. El acceso a datos sobre estos temas además es muy bueno tanto en Brasil como en Chile. Se puede aprender un montón de esas experiencias que luego se pueden extender a otros países.
Tratar de responder algunas preguntas tales como cómo los mercados influyen en la educación, es difícil en Estados Unidos, porque los colegios no tienen que reportarle nada a nadie; por lo tanto, no existen tan buenos datos. En cambio, Chile y Brasil logran recolectar datos a nivel nacional que te permiten tener una buena lectura de lo que está pasando en el mercado completo.
Y hablando de la actualidad, eres profesor en la Universidad de California, Berkeley, ¿qué has sabido de la Escuela de Ingeniería en la UC?
Dentro de lo que he visto, me ha gustado harto. En mi época, era una carrera mucho más rígida y siento que se ha logrado flexibilizar con el tiempo; ahora tienen este programa en el que te puedes graduar con una licenciatura y después puedes hacer una especialización. Eso me gusta. La malla es mucho más flexible y los alumnos pueden probar por acá y luego por allá.
Creo que los cambios han sido muy positivos, porque han puesto a la UC en un modelo de enseñanza vanguardista y moderno, menos rígido como era antiguamente en donde las universidades cumplían un rol como de estatus social, en donde, casi mientras más difícil y dura la carrera, mejor.
Ahora se volvió en más inclusiva, enfocándose en que mientras más puedan aprender los alumnos, mejor. Donde no importa si eso significa que no puedan aprender todos los contenidos, porque no se trata de mostrar que naciste en una cuna de oro y que pasaste todas estas barreras, sino de agregar valor a aquellos que no nacieron con las mismas oportunidades y necesitan un poco más de ayuda y flexibilidad para aprender los contenidos.
Creo que eso lo ha logrado muy bien y me pone orgulloso.
Finalmente, Nano, ¿qué les dirías a los/as estudiantes de Ingeniería que tal vez igual que tú no tienen un camino tan claro?
Yo les diría que aprovechen esa versatilidad. Una cosa entretenida de Ingeniería es que te hace pasar por todos los mundos, es como que uno parte y primero te enseñan a programar en primer año, lo cual es super difícil y desafiante. Y si te encantó eso, puedes seguir una carrera de programación.
Puedes probar todos esos submundos y, al mismo tiempo, con un foco, sobre todo en Ingeniería Industrial de mucho emprendimiento, de mucha innovación. Se vuelve como una especie de centro de innovación y desarrollo de ideas con compañeros y profesores inteligentes. ¡Aprovechen esas instancias de colaboración multidisciplinaria, de unión de ideas para poder aventurarse en proyectos nuevos y cosas nuevas!
Si no resultan cosas nuevas porque no son tan creativos, no importa. Pueden desarrollar una carrera profesional, aportar un montón desde una oficina y abrir oportunidades laborales a otras personas. Esas son cosas que en la UC se dan muy bien. Aprovechen que entraron a la UC, lo que es realmente un privilegio y no todos lo logran, y los que lo logran, felicitaciones por haberlo hecho. Pero aprovechen esa oportunidad, porque no todo el mundo la tiene.