En su libro «La vida golpea (a veces) demasiado fuerte» el presidente del Colegio de Ingenieros, Hernán de Solminihac Tampier, abandonó la coraza que lo mostraba como un hombre racional, práctico y poco amigo de las emociones. Al menos, de las emociones públicas.
No tuvo otra alternativa desde el momento en que su testimonio – pronto a ser publicado por Ediciones UC– pasó de ser un tributo a quien fuera su mujer por casi 40 años, Alejandra Aranda, a un texto muy personal, que narra dos hechos trágicos que transformaron para siempre la vida del exministro de Obras Públicas y de Minería y actual miembro del comité ejecutivo de Clapes UC. En menos de dos años, De Solminihac enfrentó la enfermedad de su hija mayor, Javiera, y perdió a su esposa.