UC lleva el Réquiem de Mozart a iglesias patrimoniales reuniendo a cerca de 5 mil personas
Un regalo para la ciudadanía. Eso fue el Réquiem de Mozart, que se pudo escuchar en cuatro iglesias patrimoniales de Santiago, con toda la potencia y solemnidad de la Orquesta Interfacultades UC, el Gran Coro UC junto a otros cuatro conjuntos corales de estudiantes y cuatro solistas, durante un ciclo gratuito y abierto a todo público organizado por la Dirección de Artes y Cultura, en el marco del programa Artifica tu Barrio, y que culminó con un impresionante concierto en la Catedral de Santiago.
Unas 5 mil personas asistieron a los Conciertos de Semana Santa en Iglesias Patrimoniales, la iniciativa organizada por la Dirección de Artes y Cultura (DAC) -de la Vicerrectoría de Investigación de la UC-, en cuatro iglesias patrimoniales de Santiago, incluyendo la Catedral, en marzo y abril.
La gran popularidad se explica, en parte, por la obra elegida para este proyecto: Réquiem, de Wolfgang Amadeus Mozart, un repertorio sobrecogedor, sobre todo en el tiempo de Semana Santa. Pero las cifras felices se explican también por el gran despliegue musical: cerca de 60 músicos en escena -pertenecientes a la Orquesta Interfacultades UC– y los solistas Marisol Vega (soprano), Constanza Dörr (mezzosoprano), César Camacho (tenor) y Diego Amengual (barítono), dirigidos por el maestro Eduardo Jahnke, académico de la Facultad de Ingeniería y del Instituto de Música.
A esto se sumaron cinco conjuntos corales estudiantiles: el Gran Coro UC, también dirigido por el profesor Jahnke; el Coro Alumni UC, dirigido por la maestra Karin Friedli; el Conjunto Coral Estudiantil de la Universidad de Santiago (USACH), dirigido por la maestra Marta Gajardo; el Coro de Cámara de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM), sede Santiago, dirigido por la maestra María Graciela Vera; y el Coro Singkreis.
El elenco ofreció conciertos en el Templo San Agustín (27 de marzo), la Parroquia Divina Providencia (2 de abril), la Parroquia Santísimo Sacramento (4 de abril) y la Catedral Metropolitana (7 de abril), en Santiago.
Entre las instituciones colaboradoras se encuentran la Universidad de Santiago, Fundación Santuario Sacramentino, Catedral de Santiago y la Parroquia Nuestra Señora de la Divina Providencia.
La obra
‘Réquiem’ -que significa descanso, en latín- es una obra sinfónica coral correspondiente a la liturgia de la misa de difuntos. “El Réquiem contiene las partes de una misa, con los textos en latín tal como se desarrolla en el acto litúrgico, con el añadido de la oración por los difuntos. En la actualidad se representa como obra independiente”, explica Sofía Gómez, violista de la Orquesta Interfacultades UC.
“La programación del Réquiem responde a una sumatoria de desafíos”, cuenta Miryam Singer, directora de Artes y Cultura. “Uno de éstos es la necesidad de proporcionar una programación que le permita a la orquesta irse desarrollando en forma orgánica. El año antepasado abordó una obra importante del barroco, con el ‘Mesías’ de Haendel. El resultado fue espléndido y eso nos dejó con la confianza que la orquesta podía abordar repertorios más complejos. Empezamos considerar un repertorio clásico y ese desafío también ha sido superado con éxito, demostrando el nivel de la evolución que ha desarrollado la orquesta en estos dos años”, comenta.
Otro elemento que inclinó la balanza a favor de la obra tiene que ver con el público. “La orquesta necesita espectadores y sabemos que el Réquiem de Mozart genera un fervor apasionado en muchísima gente, que no necesariamente se movería de su casa por una misa de Haydn. Una tercera arista era la participación de los coros. Los cantantes de coro en general aman el Réquiem de Mozart; es una obra sinfónica coral que la conocen todos. ¡Sabíamos que estarían felices de cantarla con nosotros!”, agrega la profesora del Instituto de Música y Premio Nacional de Artes Musicales 2020.
La orquesta
“Celebro la existencia de esta gran orquesta, formada en su mayoría por jóvenes estudiantes de otras carreras, que encuentran ahí un lugar de aprendizaje continuo, socialización y pertenencia, en torno a las artes y la música. He visto el crecimiento de esta agrupación, guiados por el maestro Eduardo Jahnke. Valoro también el aporte que hace la Orquesta Interfacultades UC llegando a territorios, comunidades y personas que pueden disfrutar de estas obras clásicas, de manera gratuita, y en iglesias patrimoniales o centros culturales de la Región Metropolitana”, expresa el rector Ignacio Sánchez, quien presidió el concierto en la Catedral.
El director de la Orquesta Interfacultades UC y de esta versión de Réquiem, Eduardo Jahnke, se refiere a lo crucial del trabajo colaborativo. El maestro explica que las orquestas y los coros son instancias colectivas donde el trabajo en equipo “es la primera cualidad que tenemos que trabajar, porque tenemos que avanzar hacia un canto e instrumentación comunitaria. Pero también la tolerancia a la frustración y cumplir con los plazos, para llegar a dar los conciertos en las fechas comprometidas. En el fondo, son los mismos valores que la universidad nos pone como docentes, pero acá están en el marco de lo artístico. Esto simula lo que tendrán que hacer después como profesionales, pero está puesto de manera lúdica. Es algo que no debiéramos dejar de hacer”.
En esa línea, Miryam Singer recuerda que la preocupación por los estudiantes, su desarrollo intelectual y emocional, está al centro del quehacer de la UC. “Por eso se invierte en mantener una orquesta sinfónica de buen nivel. Recordemos que todos los estudiantes que la integran estudian distintas carreras, ninguna de las cuales es la música profesionalizante. Para la UC, un estudiante de pedagogía o ingeniería o sociología, que es feliz tocando en la orquesta, es un regalo inigualable. Y cuando se escuchan los aplausos y vítores del público, la sensación de plenitud que inunda a los intérpretes es maravillosa”.
Javiera Muñoz, integrante de la Orquesta Interfacultades UC, está entre ellas. “Tocar el ‘Réquiem’ de Mozart ha sido un desafío tanto personal como a nivel de orquesta. Como grupo hemos subido mucho de nivel en comparación a los años anteriores y ha sido un privilegio poder tocar esta obra, con el coro y los solistas (…). Al momento de la presentación hubo bastantes ansias de tocar, de mostrar finalmente lo que llevábamos harto tiempo preparando, y aunque hubo varios detalles que se notaron internamente, siento que salió bastante bien y que se demostró el esfuerzo de cada participante de la orquesta y del coro”.
Las voces de los coros
María Graciela Vera dirige el Coro USM Santiago, explica que Réquiem es una obra larga y compleja, “que demanda no sólo de bastante tiempo de ensayo, sino que también mucho estudio personal y compromiso. Este desafío rompe con la idea de que a los jóvenes no les gusta la música clásica”. A la vez, destaca que “tuvimos la fortuna de llevar a cabo estos cuatro conciertos con una gran convocatoria de público que, aun estando de pie, disfrutó y aplaudió con entusiasmo nuestra versión del Réquiem de Mozart, obra que cantamos por primera vez”, dice la directora. Recuerda que con la Orquesta Interfacultades UC (como Camerata Interfacultades UC), en 2019, habían montado el ‘Gloria’ de Vivaldi y en 2023, en tanto, el concierto de Navidad, que replicaron en distintas iglesias patrimoniales.
“Quedó comprobado que, con trabajo personal y grupal, nuestros coros formados por estudiantes de diversas carreras no asociadas al arte musical, pueden proponerse metas y, mediante un trabajo constante, obtener un nivel de logro que supera las expectativas, situación que además fortalece su autoestima”, afirma Marta Gajardo, directora del Conjunto Coral Estudiantil USACH. “Creo que todo coralista alguna vez soñó con cantar esta música, con pertenecer a un gran coro y a una gran orquesta, y tener una dirección clara y firme como la del maestro Eduardo Jahnke. Para el Conjunto Coral Estudiantil USACH fue un sueño cumplido”, agrega la directora.
Karin Friedli, directora de los coros Alumni UC y Singkreis, destaca que desde el lado musical, “abordar un repertorio tan complejo, que es parte importante del repertorio sinfónico coral de la historia de la música, con agrupaciones amateur, es un desafío muy grande que requiere mucha dedicación y paciencia de todos y todas las involucradas. Destaco el trabajo en equipo y colaborativo con los colegas directores y directoras. Se genera una comunión difícil de lograr en otra actividad”.
El público
Entre las personas que asistieron al último concierto en la Catedral de Santiago, estaba Gastón Laval, profesor de la Escuela de Arte de la UC. “La interpretación del Réquiem de Mozart fue una experiencia impresionante: el silencio emocionado de los espectadores durante la obra, hasta la ovación de pie tras su última nota, son testimonio de lo vivido por el público que llenó el templo. Felicito la iniciativa y agradezco el enorme esfuerzo al llevar este concierto a todas las ciudadanas y ciudadanos de forma tan generosa, y realizado en el lugar perfecto”, dice el académico.
Paulina Rodríguez, directora deAlumni UC, también asistió al último concierto del ciclo, en la Catedral de Santiago. “Pudimos disfrutar de un espectáculo musical de altísimo nivel, que convocó a músicos y coros amateur apasionados por la música. El coro Alumni UC, compuesto por egresados y egresadas de nuestra universidad, tuvo el privilegio de participar de este ciclo de conciertos, lo que nos enorgullece y emociona”, manifiesta.
“Me enteré del evento por un familiar que canta en el Coro Alumni UC”, detalla Paulina Torres, enfermera de formación. Desde su visión, “se notó la experiencia técnica del director y directoras de coros, como también el compromiso de todos los participantes. Además, el haber cantado en iglesias patrimoniales entrega un ambiente de mayor recogimiento y permite transmitir las emociones que se expresan en esta obra”, dice Paulina Torres.
Gina Allende, profesora del Instituto de Música de la UC, destaca el hecho de instalar una “obra tan importante en la historia de la música de tradición escrita, en distintos lugares patrimoniales (…).También, la acogida que hubo a esta gran obra por personas de distintas edades e intereses artísticos y culturales. Presencié el concierto de cierre en la Catedral, y vi estudiantes de música de primer año y personas de diversas procedencias. Fue una experiencia maravillosa, completa y muy idónea para el tiempo de Semana Santa”.
Héctor Sánchez, estudiante de Odontología en la Universidad de Chile, se enteró del ciclo por un amigo que canta en el Conjunto Coral Estudiantil USACH. “Siempre he tenido una conexión especial con los coros porque estuve en uno y llegué a cantar esta obra. Me gustó que fuera en una iglesia, por la acústica y también por la historia detrás del Réquiem, tal como lo explicó el director al comienzo del concierto. Si hubiera tenido la oportunidad de ir otras veces, hubiera ido”.
En el caso de Francisca Carrasco, de 71 años, fue su hija quien la invitó e insistió que asistiera al concierto, en el Templo San Agustín. “Hace cinco años que no iba a un concierto. Soy cantora y participo en un club de cueca, y desde ese lugar destaco la juventud de la orquesta ejecutando instrumentos clásicos, y el esfuerzo de los y las solistas. ¡Estábamos en la tercera banca y veíamos todo! Con los coros se me pararon los pelos y el director llegó muy bien al público. Él explicó de qué se trataba la obra para que las personas que menos frecuentan estos conciertos, lo entendieran. ¡Maravilloso, un 10 de 10!”, exclama.